Al fin y al cabo, buscamos el efecto que provoca en nosotros y no es tan importante el cómo obtenemos ese efecto.
Por ejemplo, si fumar te provoca calma, lo importante para ti es obtener esa calma independientemente de si es fumando o no. Al igual que quien va de compras en busca de placer psicológico y no tanto por el producto adquirido o aquella persona adicta a la adrenalina que busca esa sensación en la mente y el cuerpo independientemente de si es lanzándose de un paracaídas o corriendo delante de un toro.
En realidad todas las personas somos adictas.
Las adicciones no son buenas, aunque todas no son igual de dañinas.
¿Y por qué somos adictos?
Porque las utilizamos como píldoras químicas emocionales.
¿Y por qué utilizamos esas píldoras emocionales externas a nosotros?
Porque llenan un vacío o necesidad interna